viernes, 16 de enero de 2009

En el trabajo...

No os podéis imaginar cómo lo echo de menos. Es cerrar la puerta de casa y notar que me falta algo, como si una parte de mi se quedara con él.
No es que no pueda vivir sin él (pero ya no sería lo mismo) pero el no poder hacer las cosas con él no tienen el mismo sabor, la misma sustancia, la misma satisfacción que cuando las hacemos juntos.
Intentando centrarme en el trabajo que tengo por hacer cuando los continuos bombardeos de recuerdos me llevan a miradas perdidas hacia el ordenador y me arrancan sonrisitas de mujer enamorada.
Echo de menos el calor de sus besos, de sus caricias, e imaginarlas logra un estallido de placer que me recorre toda la espalda,...
No os imaginais el brillo que se me pone en la mirada al acercarse la hora de volver. Cosquillas de mariposas en el estómago me hacen ir volando hacia su lado.
Y al llegar no hay mejor recompensa: una sonrisa alumbrada por una mirada alegre por la espera finalizada, seguida del calor de un abrazo que no quiere volver a soltarme y todo el cariño de un beso.

Te quiero. Un beso.

2 comentarios:

Fran dijo...

Gracias por este regalo. Sigamos loitando polo que queremos, si? Un bico miña nena.

Evie dijo...

Ata que nos quedemos sin alento.
Un bico meu Paladín.