martes, 12 de mayo de 2009

PIEDRAS EN EL CAMINO

Por qué siempre tiene que haber piedras en nuestro camino? Y para colmo de males, por qué siempre tropezamos con la misma varias veces?

No sé vosotros, pero yo, desde pequeña, he soñado con caminos como los que salen en los cuentos de hadas o como el dorado del Mago de Oz, recorriéndolo con las zapatillas mágicas rojas. Y, ¿os hago una confidencia?: “He encontrado uno”. Pero éste, si cabe, es más bonito y maravillo que los que había imaginado desde que era pequeñita.

Éste camino es fantástico, hace que mi vida sea alegre con cielos azules llenos de energía y océanos de canciones pero, a mi pesar, tiene sus curvas (alguna que otra horquilla) no me importa, siempre me ha gustado conducir (de pequeña también quería ser piloto de rallies).

Pero lo que no llevo nada bien son las piedras. Siempre se salen con la suya: Consiguen interponerse en el trayecto de tus dedos gordos y a poder ser varias veces, se clavan en las plantas de los pies, logran que te tuerzas los tobillos, hacen cuestas difíciles de subir y bajar, …

Y las miras y parecen tan bonitas…!

Aunque en su lecho parezcan dormidas, inofensivas, no se imaginan el daño que pueden llegar a causar entorpeciendo un trayecto, un recorrido, un paseo,… el vivir.

2 comentarios:

La Gatera dijo...

Pues déjalas atrás! Que las piedras no se interpongan en tu caminar liviano!

Saludetes gatunos!

Lady Hefziba dijo...

Siempre hay obstáculos en el camino.
Siempre tropezamos inclusive hasta con nuestros propios pies, cuando habremos de tropezar. Además de tropezarnos, también nos caemos... y la mayor virtud es volver a levantarnos! pero como decís, lo de tropezar siempre con la misma piedra... me recuerda al comentario de una amiga que decía: El ser humano es el único animal que comete el mismo error mas de una vez... o se tropieza mas de una vez con la misma piedra. Lo ideal seria mirar a la meta con ansias de superar la misma piedra una y otra vez si es posible, pero llegar a la meta. No detenernos ante ese tropiezo.